Yo soy la que abraza a extraños en un partido de fútbol, la que derrama lágrimas tanto por una película animada de Pixar como por los goles errados y las derrotas sobre el césped.
Yo soy la que lee a Coelho y Joel Osteen en días deprimentes, la que se sumerge en la mitología de Tolkien y las aventuras de C.S. Lewis cuando me inunda la fantasía, la que relee a Villoro, Kuper, García Márquez y Benedetti en la soledad.
Yo soy a la que escucha música tan dispar como la de El Tri, Damien Rice, Juanes, John Lennon, y hasta la Sonora Dinamita en Navidad.
Yo soy la que puede ver cinco películas dramáticas al hilo, pero que no soporta las comedias de Hollywood (es que nunca les encuentro la gracia). La eterna enamorada de Denzel Washington en pantalla.
Yo soy la que hace un tiempo coleccionaba fotos de deportistas, pero que un buen día las tiré todas a la basura. La única que sobrevivió y que todavía conservo en la pared es la de Ronaldinho, a quien considero el mejor futbolista del mundo.
Yo soy una de las más de 30 mil personas que vio cómo la selección de fútbol de El Salvador ganaba uno de los campeonatos más importantes en su historia: los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Yo soy la que siempre ve los partidos de la "Azul y Blanco" sin importar las circunstancias, la que vibra con la selección de fútbol de playa, la que nunca pierde las esperanzas de ver al Águila alzar la copa de campeón nacional.
Yo soy la que por momentos me canso de lso libros, las películas y el entrenimiento; la que quiere experiencias, la que estará en Guadalajara y Brasil, la que acampará en Cusco a pesar de la escasez de baños.
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